ACR Manual de Seguridad en RM: Principales cambios 2002 vs 2024

ACR Manual de Seguridad en RM: Principales cambios 2002 vs 2024

Contexto y evolución general
En 2001 un trágico accidente (muerte de un niño, Michael Colombini, por una bombona de oxígeno en una RM) catalizó la atención hacia la seguridad en RM. En respuesta, la ACR publicó en 2002 su primer Manual de Prácticas Seguras en RM, que estableció estándares básicos de seguridad adoptados ampliamente por la industria. Tras 22 años de avances tecnológicos y lecciones aprendidas, la edición ACR Manual on MR Safety 2024 consolida y amplía estas directrices. El nuevo manual es mucho más extenso y detallado (146 páginas, casi el triple que versiones previas), con contenido reestructurado en capítulos, apéndices, figuras y listas de verificación para mayor claridad. A diferencia de la guía original, centrada en lineamientos fundamentales, la versión 2024 incorpora nueva evidencia, identifica vacíos de conocimiento y enfatiza la enseñanza, con el objetivo de minimizar riesgos en entornos clínicos reales sin perder de vista las presiones operativas (volumen de pacientes, costos, personal limitado). A continuación, se comparan los cambios clave entre ambas ediciones en varias áreas fundamentales:

Políticas de seguridad y organización
La guía de 2002 sentó las bases estableciendo la necesidad de políticas y procedimientos escritos de seguridad en todo sitio de RM, pero su alcance era modesto. En contraste, la versión 2024 presenta un enfoque integral: el manual ha sido reorganizado completamente, con 16 capítulos y 5 apéndices que abarcan desde riesgos de los distintos campos de RM hasta protocolos operativos detallados. Esta edición ofrece recomendaciones generales basadas en consenso experto y evidencia disponible, buscando reducir al mínimo los eventos adversos en la práctica diaria. Además, la información está estructurada y fácilmente accesible (formato online, capítulos por tema, buscador), sirviendo como plantilla para que cada centro desarrolle su programa de seguridad adaptado a su entorno. En resumen, pasamos de una política básica reactiva en 2002 a un manual exhaustivo y proactivo en 2024, con nuevos esquemas de organización y énfasis didáctico para formar una cultura de seguridad en RM.

Clasificación de zonas de RM
Una silla de ruedas asegurada con una correa fija en Zona III antes de entrar a la sala de RM (Zona IV), previniendo que objetos metálicos ingresen al imán.
Uno de los aportes más perdurables de la guía 2002 fue el concepto de zonas de seguridad (I a IV) dentro de una instalación de RM, delimitando áreas desde acceso público hasta la sala del imán para controlar quién y qué ingresa. La edición 2024 reafirma el modelo de zonas como pilar de seguridad e insiste en su integración temprana en el diseño de instalaciones. Por ejemplo, se aconseja que al planificar una nueva sala de RM se consulten expertos en flujo de pacientes y seguridad, garantizando una distribución óptima de Zonas I–IV desde la arquitectura misma. Asimismo, el manual actualiza medidas prácticas dentro de este esquema: se profundiza en la importancia de que solo objetos no ferromagnéticos crucen a Zona IV (sala de escáner) y se introducen recomendaciones como el uso de indumentaria sin bolsillos para el personal (evitar portar objetos metálicos inadvertidamente) y la sujeción con correas de sillas de ruedas, camillas, monitores portátiles u otros equipos cuando estén en Zona III, para impedir que entren accidentalmente al campo magnético. En esencia, las zonas definidas en 2002 permanecen, pero en 2024 se complementan con medidas adicionales de control y un énfasis en la planificación experta del entorno de RM desde el inicio.

Prácticas clínicas y procedimientos de seguridad
En 2002 se establecieron protocolos fundamentales como la criba de seguridad (screening) previa a la RM: rellenar cuestionarios y verificar antecedentes para identificar implantes, objetos metálicos o condiciones de riesgo en cada paciente. Esta práctica básica sigue vigente, pero el manual 2024 la refuerza y amplia: toda persona que ingrese a zonas controladas (paciente, acompañante o personal) debe ser sometida a un riguroso screening de seguridad antes de entrar a Zona III/IV. Otra novedad en 2024 es la introducción formal de la “pausa de seguridad” o chequeo final justo antes de iniciar la exploración: un alto para verificar de nuevo que el paciente está correctamente preparado, sin objetos prohibidos y con los dispositivos adecuados, especialmente en situaciones complejas o de emergencia. Este paso, inexistente en 2002, estandariza una verificación final similar a la “time-out” quirúrgica, añadiendo una capa extra de seguridad. Adicionalmente, las situaciones de emergencia reciben mayor atención en la nueva edición. Mientras que la guía original delineaba procedimientos generales (p. ej., qué hacer en caso de quench del imán o parada de emergencia), el manual 2024 insta a cada centro a desarrollar protocolos detallados para emergencias específicas de RM. Esto incluye estar preparados para atender con rapidez una emergencia médica de un paciente dentro del entorno RM (sabiendo que no se puede iniciar una reanimación cardiopulmonar dentro de Zona IV sin retirar antes al paciente del imán), así como tener definidas acciones para interrumpir un examen, apagar la energía o incluso apagar el imán en caso de riesgo inminente. En conjunto, las prácticas clínicas de seguridad evolucionaron de listas de verificación iniciales en 2002 a protocolos más completos en 2024, con verificación múltiple (screening + pausa final) y planes de contingencia robustos para cualquier eventualidad.

Roles de seguridad en RM
Diagrama de la estructura organizativa recomendada por el ACR 2024: El Director Médico de RM (MRMD) supervisa la seguridad global; apoyado por un Oficial de Seguridad de RM (MRSO) encargado del día a día, y un Experto en RM (MRSE) que brinda asesoría especializada.
Originalmente, las pautas de 2002 asignaban la responsabilidad de la seguridad principalmente al médico radiólogo supervisor de la instalación, sugiriendo la importancia de contar con personal entrenado (p. ej., tecnólogos conscientes de los riesgos) y políticas básicas, aunque sin definir títulos formales. Con el tiempo, la creciente complejidad requirió aclarar funciones. En la edición 2024 el ACR institucionaliza roles específicos en la gestión de la seguridad de RM. Se recomienda que cada sitio designe un Director Médico de RM, típicamente un radiólogo, quien tiene la responsabilidad última de las decisiones de riesgo y la supervisión de la operación segura. Este MRMD trabaja en coordinación con un Oficial de Seguridad de RM – a menudo un tecnólogo altamente capacitado – encargado de implementar las políticas en el día a día y entrenar al personal técnico, y con un Experto en RM, generalmente un físico médico o especialista, que asesora sobre los aspectos más técnicos (por ejemplo, evaluar campos electromagnéticos o condiciones de escaneo de pacientes con dispositivos complejos). Esta estructura piramidal sitúa al MRMD en la cúspide de la toma de decisiones, pero apoyado por una “triada” de seguridad. Cabe destacar que, aunque tareas puedan delegarse, la responsabilidad nunca se delega – el radiólogo sigue siendo el responsable legal y ético de la seguridad en última instancia . La guía 2024 subraya además la necesidad de capacitación continua: recomienda entrenamiento anual en seguridad para todo el personal de RM, incluidos radiólogos, fomentando que la seguridad sea parte de la formación de residentes y certificaciones profesionales. En resumen, pasamos de una asignación genérica de responsabilidades en 2002 a una definición clara de roles de seguridad en 2024, con un equipo multidisciplinario dedicado a prevenir incidentes en RM.

Evaluación de implantes y dispositivos
La actitud hacia pacientes con implantes ha cambiado drásticamente entre 2002 y 2024. En la era de la primera guía, muchos implantes (especialmente electrónicos, como marcapasos) se consideraban casi contraindicaciones absolutas para RM debido a los riesgos mal conocidos; la directriz era extrema precaución o evitar el examen salvo necesidad crítica. Dos décadas después, con numerosos dispositivos MR Conditional en el mercado y mejor comprensión de sus interacciones con el campo magnético, el manual 2024 ofrece un enfoque más matizado. Se ha expandido y actualizado la sección de dispositivos: incluye tablas e imágenes de etiquetas de compatibilidad. En lugar de una negación categórica, ahora se promueve una evaluación individualizada de cada implante. El nuevo manual incorpora un Apéndice de Evaluación de Riesgo en pacientes con implantes de condiciones desconocidas, que guía al radiólogo en cómo proceder cuando no hay datos claros del fabricante sobre seguridad en RM. Este recurso ayuda a sopesar beneficios del estudio vs. potenciales riesgos, considerando factores como campo magnético, modo de operación, ubicación del implante, etc. La filosofía en 2024 es ser “inteligentemente agresivos”: no negar automáticamente una RM potencialmente salvadora por la presencia de un implante, sino buscar formas seguras de realizarla con las debidas precauciones. Esto contrasta con 2002, cuando la falta de datos impulsaba una postura conservadora. Ahora, con mayor evidencia, se prioriza la optimización del cuidado del paciente asegurando la compatibilidad o implementando protocolos especiales (por ejemplo, modo de transmisión reducida para marcapasos, monitorización médica durante el estudio) en vez de omitir la imagen. En síntesis, la evaluación de implantes evolucionó de la prohibición precautoria a un análisis de riesgo-beneficio informado, apoyado por nuevas guías detalladas en la edición 2024.

Avances tecnológicos y entornos especiales de RM
El panorama tecnológico de la resonancia magnética ha avanzado enormemente desde 2002, y el manual de la ACR ha evolucionado acorde a ello. A inicios de los 2000, la mayoría de exámenes se realizaban en equipos de 1,5 Teslas, con 3 Tesla apenas emergiendo y sistemas de campo ultraalto (7 T) limitados a investigación. Para 2024, las indicaciones clínicas de RM se han ampliado y existen múltiples campos disponibles – de 0,55 T en sistemas abiertos hasta 3 T rutinarios e incluso 7 T aprobados para ciertos usos humanos– lo que conlleva nuevos desafíos de seguridad (p. ej., mayores gradientes y RF implican riesgo de calentamiento). La edición reciente del manual aborda explícitamente estas realidades. Se incluyen consideraciones para entornos no convencionales de RM, como suites híbridas de procedimientos intervencionistas (quirófanos con RM), equipos combinados PET/RM o sistemas de RM intraoperatoria, e incluso unidades móviles de RM que viajan entre centros. Estos escenarios eran raros o inexistentes en 2002, pero ahora reciben guías dedicadas sobre cómo mantener la seguridad (p. ej., control de acceso en un camión de RM móvil, compatibilidad de equipo de anestesia en un quirófano con RM, etc.). Otro cambio tecnológico importante es la llegada de la operación remota de escáneres. En 2002, el tecnólogo siempre estaba físicamente presente en la consola junto al equipo; hoy, con la conectividad, algunas instalaciones exploran técnicos operando RM desde una ubicación remota. El manual 2024 aborda esta tendencia y requiere políticas institucionales claras para cualquier operación remota, incluyendo asegurar que siempre haya un tecnólogo Nivel 2 in situ supervisando al paciente durante el examen. De este modo, aunque el control sea remoto, la respuesta ante cualquier eventualidad (como retirar rápidamente al paciente) está garantizada localmente. Por último, la guía actual reconoce innovaciones en dispositivos de seguridad como detectores de metales/ferromagnetismo usados como complemento al screening tradicional, mejores protectores auditivos activos, algoritmos de monitoreo de SAR en tiempo real, entre otros avances no contemplados en 2002. En resumen, el manual 2024 refleja los cambios tecnológicos de dos décadas, proporcionando lineamientos para nuevas modalidades y asegurando que la seguridad evolucione al ritmo de la tecnología.

Cultura de gestión del riesgo
La filosofía subyacente de la seguridad en RM ha pasado de un enfoque reactivo en 2002 a una cultura proactiva de gestión del riesgo en 2024. Inicialmente, el objetivo era cerrar las brechas más evidentes (evitar proyectiles ferromagnéticos, excluir pacientes con riesgo, etc.) mediante normas básicas. Hoy, tras años de aprendizaje, se entiende que la seguridad requiere una mejora continua y anticiparse a nuevos riesgos. El Dr. Robert Watson Jr., presidente saliente del Comité de Seguridad MR del ACR, resumió esta mentalidad: “los accidentes ocurren, y los fallos en procedimientos pueden permitir un desenlace trágico… es nuestro trabajo en seguridad RM ser proactivos para tapar esos huecos”. En la práctica, esto implica que las unidades de RM deben revisar y actualizar regularmente sus protocolos, aprender de incidentes (propios y ajenos) y fomentar la notificación de casi-incidentes. El manual 2024 refuerza este enfoque al proporcionar no solo recomendaciones, sino también señalar dónde faltan datos y se requiere investigación para futuros avances. A diferencia de 2002, donde se asumía que las directrices eran definitivas, ahora se reconoce la necesidad de adaptarlas a medida que surja nueva evidencia. De hecho, la versión 2024 del manual es una plataforma viva en línea que podrá actualizarse conforme aparezcan nuevos datos y experiencias clínicas. También se promueve la educación continua: entrenamientos periódicos, simulacros de emergencia (p. ej., practicar extracción de paciente inconsciente de la sala, simulacros de “código azul” fuera del imán) y difusión de lecciones aprendidas entre el personal. La gestión del riesgo ya no recae en una sola persona, sino en una estructura completa (MRMD, MRSO, MRSE, tecnólogos, administradores) trabajando en conjunto bajo una responsabilidad compartida. En síntesis, el cambio más profundo del 2002 al 2024 es la madurez en la cultura de seguridad: de tener reglas a vivir la seguridad como parte integral de la práctica radiológica.

Conclusión
La comparación del manual original de 2002 con la actualización de 2024 evidencia cómo la seguridad en RM ha pasado de lineamientos básicos a un sistema sofisticado de mejores prácticas. Se han fortalecido las políticas, perfeccionado la clasificación de zonas, introducido nuevas verificaciones clínicas, formalizado roles de seguridad, actualizado enfoques para implantes, incorporado avances tecnológicos y adoptado una filosofía de mejora continua del riesgo. Como destaca el Dr. Emanuel Kanal (pionero en seguridad MR) en su comentario sobre la nueva edición, este manual “nos recuerda nuestras obligaciones y responsabilidades en la segura ejecución de estudios RM”. Es imperativo que todos los profesionales de radiología – ya sea que supervisen ocasionalmente estudios, o actúen como MRMD, MRSO o MRSE – se familiaricen plenamente con la versión 2024 del ACR Manual on MR Safety, adoptando sus recomendaciones para proteger a nuestros pacientes, personal y comunidad. En un entorno de RM cada vez más complejo, la seguridad no es opcional sino parte esencial de la excelencia en la atención radiológica.

Enlaces de interés
ACR Manual on MR Safety 2024
MRISafety.com

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